En la década del ’30, con el advenimiento del fútbol profesional, se destacan los primeros grandes ídolos populares. River Plate es una institución que no considera tener un solo ídolo preponderado por su afición, ya que cada época del club estuvo identificada con un personaje en particular que ha dejado huella en los hinchas y con el paso del tiempo ha sido recordado e idolatrado por sus logros. El nuevo ciclo comenzó con éxito al consagrase campeón invicto de la Copa Sudamericana, venciendo en la final de vuelta por 2-0 a Atlético Nacional tras empatar previamente en Colombia 1-1. En el mismo torneo eliminó a Boca Juniors en la semifinal, con un global de 1-0 en una llave que quedó marcada por la histórica atajada en un penal de Marcelo Barovero a Emmanuel Giglioti al inicio del encuentro.