Su época dorada fue en los años 1990, cuando estuvo al mando del club durante cuatro años consecutivos y logró siete títulos para el club, cinco campeonatos locales y dos internacionales, incluida la Copa Libertadores. En lo deportivo el club se intentaba reponer de las importantes bajas, pero a las órdenes de Quincoces se alcanzó de nuevo una final en la Copa de 1952. A pesar de disputarse en Chamartín, estadio talismán para los valencianistas en las finales, y de ponerse por delante con dos goles de Badenes, el Barcelona logró igualar a dos en los últimos minutos y posteriormente ganar en la prórroga, aprovechando las lesiones de los valencianistas Asensi y del portero Quique.